Cuando un niño pequeño sostiene por primera vez un crayón, no solo está dibujando: está fortaleciendo sus manos, desarrollando coordinación ojo-mano y dando los primeros pasos hacia la escritura.

Pero con tantas opciones disponibles, surge la duda:

¿cómo saber cuáles son los más adecuados para su etapa de desarrollo?

Esta guía reúne las recomendaciones de terapeutas ocupacionales, especialistas en desarrollo infantil y reseñas de productos de fuentes confiables como The Bump, Miss Jaime OT y Hip2Save.

Entre los 12 meses y los 3 años, los crayones deben ser seguros, fáciles de sujetar y resistentes.

Según la American Occupational Therapy Association (AOTA), dibujar con crayones fortalece los músculos de la mano y estimula la motricidad fina, base del desarrollo de la escritura y la creatividad.

Y aquí te dejamos 7 opciones que te van a encantar —probadas, seguras y perfectas para acompañar los primeros trazos de tu pequeño artista.

Su forma tipo “huevo” los convierte en un favorito entre los especialistas. En las pruebas de The Bump, este tipo de crayones se destacó por ser fácil de sujetar desde los 12 meses y por limpiarse con facilidad.

Fabricados con cera de abeja natural, estos crayones son una excelente opción ecológica y segura para los primeros trazos. Su diseño ergonómico permite que incluso las manos más pequeñas puedan sostenerlos con firmeza y experimentar el color sin frustraciones.

Sin embargo, como advierte la terapeuta Miss Jaime OT, los crayones demasiado gruesos pueden dificultar el desarrollo del agarre tipo pinza en niños mayores de tres años.

✨ Dato: perfectos para los primeros trazos sin frustración.

Crayola continúa liderando las recomendaciones por su línea My First, diseñada específicamente para las primeras etapas del dibujo, a partir de los 24 meses.

Son lavables, con colores intensos y un tamaño cómodo, ideales para manos pequeñas que comienzan a experimentar con el trazo.

Padres y docentes coinciden en que estas versiones Easy Grip ayudan a practicar la presión justa sobre el papel, aunque pueden romperse si el niño aplica demasiada fuerza.

✨ Dato: una opción segura, accesible y fácil de conseguir en cualquier papelería o tienda en línea.

Hechos a mano en Nueva Zelanda con 100 % cera de abejas pura y pigmentos naturales, los Honeysticks son una opción ecológica y segura para niños desde los 24 meses.

Su aroma suave y textura cremosa los hacen únicos: pintan fácilmente sin necesidad de aplicar mucha presión, y su formato grueso evita que se rompan.

Al estar elaborados con ingredientes naturales, son completamente no tóxicos y biodegradables, lo que los convierte en una alternativa ideal para familias que buscan materiales sostenibles.

✨ Dato: aunque los colores son más suaves que los crayones sintéticos, su composición natural es perfecta para los primeros años y entornos Montessori.

Los Wonder Stix son una de las opciones más versátiles del mercado: funcionan sobre papel, cartulina, vidrio, pizarras blancas, ventanas e incluso tazas.

Su fórmula lavable y libre de polvo los convierte en una alternativa ideal para niños a partir de los 3 años, especialmente para quienes disfrutan experimentar con diferentes superficies.

Fabricados por The Pencil Grip, una marca recomendada por terapeutas ocupacionales, los Wonder Stix fomentan la creatividad sin ensuciar. Se limpian fácilmente con un paño húmedo y su trazo es tan suave como un marcador, pero con la intensidad de un crayón.

✨ Dato: si buscas un material que sirva tanto para el arte como para actividades sensoriales, estos crayones multiuso son una gran inversión.

Diseñados para acompañar el desarrollo del agarre tipo pinza, los Crayola Triangular Crayons son una excelente opción a partir de los 3 años.

Su forma triangular ayuda a colocar correctamente los dedos, fomentando una postura ergonómica y cómoda para dibujar o colorear.

Estos crayones no ruedan por la mesa (Anti-Roll® design), y su grosor intermedio los hace perfectos para la transición entre los crayones de palma y los lápices tradicionales.

Están fabricados con pigmentos brillantes y la calidad clásica de Crayola: no tóxicos, resistentes y fáciles de limpiar.

✨ Dato: recomendados por terapeutas ocupacionales para fortalecer la motricidad fina y preparar la escritura.

Ideales para las manos inquietas y creativas, los Four Candies Crayons destacan por su diseño resistente y lavable.

Hechos con materiales no tóxicos, estos crayones son irrompibles, de colores vibrantes y con una forma ergonómicaque facilita el agarre en niños desde los 2 años.

Su formato corto y grueso evita que se partan al presionar, y su trazo suave permite explorar la creatividad sin frustraciones. Por eso se han convertido en una opción popular en guarderías y hogares con varios pequeños artistas.

✨ Dato para cuidadores: son perfectos para niños que están aprendiendo a controlar la fuerza de sus manos o que tienden a presionar demasiado al colorear.

Inspirados en la naturaleza, los Crayon Rocks fueron diseñados por una maestra de educación especial para acompañar el desarrollo del agarre tipo pinza y la motricidad fina desde los 3 años.

Su forma de “piedrecita” se adapta de manera natural a los dedos pequeños, promoviendo el agarre de trípode sin esfuerzo y una postura ergonómica al dibujar o colorear.

Fabricados con cera vegetal de soya cultivada en EE. UU., son no tóxicos, biodegradables y seguros incluso si se manipulan con frecuencia. Su textura suave deja colores intensos y se mezcla fácilmente sobre el papel, ofreciendo una experiencia sensorial diferente a los crayones convencionales.

✨ Dato para cuidadores: ideales para el desarrollo temprano de la escritura y recomendados por terapeutas ocupacionales para fortalecer la coordinación mano-ojo.

Al elegir crayones para los más pequeños, prioriza aquellos no tóxicos, lavables y elaborados con materiales naturales, como la cera de abeja o los pigmentos vegetales.

Evita los que incluyan fragancias fuertes, aditivos sintéticos o envolturas plásticas que puedan desprenderse o representar un riesgo.

🖍️ Los crayones no son solo una herramienta artística: también fortalecen la motricidad fina, la coordinación ojo-mano y estimulan la creatividad temprana.

Dibujar no solo despierta la imaginación: también mejora la concentración, la planificación motora y la expresión emocional.

Los especialistas recomiendan ofrecer al menos 15 minutos diarios de dibujo libre, sin pantallas y con un adulto que acompañe sin intervenir, dejando que el niño explore y se exprese.

Ese pequeño momento de color no es solo un juego: es una gran inversión en el desarrollo cognitivo y emocional.