De los juguetes que cobraron vida al brillo de las pantallas
Desde 1995, Toy Story ha sido más que una saga de animación: ha sido un espejo de cómo cambia la infancia con el paso del tiempo.
En la primera película, conocimos a Woody, Buzz Lightyear y una generación de juguetes que representaban la imaginación pura: el juego libre, las aventuras que nacían de la mente de un niño.
En Toy Story 2 (1999), la historia nos habló de la lealtad y el abandono: los juguetes descubren lo que significa ser reemplazados.
Toy Story 3 (2010) cerró un ciclo con una carga emocional profunda —el momento en que Andy crece y deja atrás a sus juguetes— y Toy Story 4 (2019) exploró la búsqueda del propósito, incluso cuando el mundo del juego parece haber terminado.
Ahora, Pixar prepara el regreso con Toy Story 5, cuyo estreno está previsto para el 19 de junio de 2026, y con él, una nueva pregunta: ¿qué pasa cuando el enemigo ya no es otro juguete, sino la tecnología misma?

Lilypad, la tablet que quería jugar

Pixar no suele inventar villanos sin alma. Siempre hay una metáfora detrás.
Y en Toy Story 5, Lilypad —una tablet educativa que promete compañía, aprendizaje y diversión— parece ser mucho más que un antagonista: es un espejo.
Un espejo que refleja cómo ha cambiado la infancia.
Woody, Buzz y los demás juguetes representan la imaginación tangible: el juego que se siente con las manos, que se comparte con otros, que se ensucia, se rompe y se repara. Lilypad, en cambio, simboliza el brillo hipnótico de las pantallas, el juego solitario, la atención capturada por algoritmos, y la ilusión de que lo digital puede llenar todos los espacios.
La pregunta que deja la película —y que los padres deberíamos hacernos— no es si las tablets son “malas”, sino qué tipo de vínculo están construyendo nuestros hijos con ellas.
Porque lo que preocupa no es la herramienta, sino su reemplazo del juego libre, del tiempo con otros, del aburrimiento creativo que da origen a la imaginación.
En la historia, Lilypad tal vez no sea malvada por elección. Es una tablet que hace lo que fue programada para hacer: entretener, enseñar, mantener la atención.
El verdadero conflicto surge cuando quienes deben acompañar el juego —nosotros— dejamos que ella lo haga sola.
Así que cuando veas Toy Story 5, no pienses solo en el regreso de tus personajes favoritos.
Piensa en esa escena invisible, la que ocurre cada día en tu casa:
una niña que deja su juguete de tela sobre la cama,
y una tablet que se enciende con un “¡Vamos a jugar!”.
La historia no está escrita.
Depende de quién la cuente, y de cuántas veces decidamos cerrar la pantalla para volver a jugar de verdad.
El dato
Toy Story 5 se estrenará el 19 de junio de 2026 y su nueva villana, Lilypad, es una tablet que simboliza la tensión entre el juego físico y el digital. Pixar, una vez más, parece dispuesta a hablarles tanto a los niños como a los adultos sobre cómo crecemos, cómo cambiamos… y qué dejamos atrás.







