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Schlep, el creador que Roblox baneó por exponer depredadores en su plataforma
Su cruzada contra el grooming derivó en seis arrestos, un cese y desista, y un debate sobre los límites de la seguridad online.
El activismo incómodo para Roblox
En agosto de 2025, Roblox eliminó todas las cuentas de “Schlep” —también conocido como RealSchlep—, un creador de 22 años que llevaba meses publicando investigaciones encubiertas contra presuntos depredadores dentro de la plataforma. La compañía no solo bloqueó su acceso: también le envió una carta de cese y desista, argumentando que sus métodos violaban las normas internas y ponían en riesgo a la comunidad.
El caso generó un intenso debate: ¿era Schlep un héroe que hacía el trabajo que Roblox no lograba hacer o un usuario que, aunque bien intencionado, cruzó límites legales y de seguridad?
De víctima a vigilante digital
Schlep no se presentó como un simple creador de contenido. Durante su infancia, fue víctima de grooming en Roblox, experiencia que lo llevó incluso a un intento de suicidio. Según ha contado públicamente, su madre denunció el caso a la plataforma, pero nunca recibió ayuda. Ese trauma marcó su objetivo: impedir que otros niños pasaran por lo mismo.
En sus operaciones, se hacía pasar por un menor para contactar a usuarios sospechosos, documentaba las conversaciones y colaboraba con autoridades. Asegura que su trabajo contribuyó a seis arrestos en casos reales de abuso sexual infantil.
Las razones del baneo
Roblox sostiene que Schlep violó varios puntos de sus protocolos de seguridad. Entre las acusaciones: iniciar “conversaciones simuladas de peligro infantil”, compartir información personal y mover las interacciones fuera de la plataforma. Para la compañía, estas prácticas exponen tanto al usuario que las realiza como a la comunidad, y pueden interferir con investigaciones oficiales.
El conflicto refleja una tensión habitual en entornos digitales: la diferencia entre el enfoque corporativo de moderación y las acciones individuales de quienes actúan como “cazadores de depredadores”.
Reacciones y respaldo público
El veto desató una ola de apoyo hacia Schlep, con hashtags como #FreeSchlep y #BoycottRoblox ganando fuerza en redes sociales. Influencers, streamers y parte de la comunidad de jugadores defendieron su labor y cuestionaron la eficacia de los sistemas de protección infantil de la empresa.
Incluso figuras políticas se sumaron al debate: Schlep pidió la intervención del senador Ted Cruz para revisar el caso y la gestión de Roblox frente al abuso sexual infantil en línea.
Contexto: demandas contra Roblox y Discord
El baneo ocurrió en un momento delicado para Roblox. La compañía enfrenta múltiples demandas en Estados Unidos junto a Discord, acusadas de facilitar grooming, explotación sexual y abuso de menores a través de fallos en sus sistemas de seguridad.
En estas causas, familias alegan que las plataformas priorizan el crecimiento y los ingresos sobre la protección infantil. Sin embargo, no hay evidencia de que Schlep esté vinculado directa o indirectamente a estos procesos legales. Su caso es paralelo: una confrontación entre un creador y la política interna de la empresa.
Un caso que expone las grietas del control digital
El caso Schlep pone sobre la mesa preguntas de fondo: ¿puede un usuario suplir las carencias de seguridad de una gran plataforma? ¿Qué riesgos legales y éticos asume al hacerlo? Y, sobre todo, ¿cómo se equilibran la protección de menores y el respeto a protocolos diseñados para toda una comunidad?
Mientras Roblox defiende su derecho a establecer límites, la historia de Schlep recuerda que detrás de cada avatar hay personas reales, con vidas que pueden cambiar —o arruinarse— por lo que ocurre en un chat de juego.
El dato
Aunque Schlep ya no tiene presencia oficial en Roblox, su caso ha amplificado un mensaje incómodo: las herramientas de moderación actuales siguen sin impedir que menores sean contactados por depredadores, y los vacíos en la seguridad corporativa pueden convertirse en terreno fértil para tragedias reales.
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