Cuando la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, tomó la palabra en el Parlamento, no habló de economía, seguridad o política exterior. Habló de infancia. Y lanzó una frase que recorrió Europa: “Hemos desatado un monstruo”. Se refería a las pantallas y, en particular, al impacto de las redes sociales en niños y adolescentes.
El anuncio marcó un punto de inflexión. Dinamarca quiere convertirse en el primer país europeo en prohibir el acceso a redes sociales para menores de 15 años, permitiendo su uso solo desde los 13 con autorización expresa de los padres. No se trata de una sugerencia: será una ley nacional.

¿Qué está proponiendo Dinamarca y por qué importa?
Un límite de edad sin precedentes
La regulación danesa plantea que:
Menores de 15 años no podrán acceder a redes sociales.
Adolescentes de 13 y 14 años solo podrán usarlas si sus padres otorgan permiso formal.
La medida apunta a plataformas como TikTok, Instagram, YouTube y Snapchat.
Es una respuesta directa al aumento de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, dificultades de concentración e hiperestimulación digital entre los jóvenes.
“Nos está robando la infancia”
Frederiksen no habla solo de uso excesivo. Habla de bienestar emocional. Según el gobierno, nunca antes los jóvenes habían reportado niveles tan altos de angustia, comparación social y presión estética como en la era de las redes.
La ministra fue contundente: las plataformas generan un entorno donde los niños están sobreexpuestos a:
Contenido dañino.
Comparación permanente.
Ritmos de consumo que alteran el sistema nervioso.
Algoritmos que fomentan adicción.
¿Cómo funcionaría esta ley?
Verificación de edad y consentimiento parental
Dinamarca trabaja en mecanismos obligatorios para que las plataformas:
Verifiquen la edad de usuarios menores.
Soliciten un permiso formal de los padres desde los 13 años.
Implementen controles efectivos contra cuentas falsas.
El proceso podría tardar meses, pero el mensaje político ya está enviado.
Un cambio que va más allá de la ley
La regulación no se limita a “prohibir”. El plan incluye:
Campañas de salud mental.
Educación digital en escuelas.
Herramientas de apoyo para padres y docentes.
Es un intento integral de equilibrar innovación tecnológica y protección infantil.
¿Qué significa esto para las familias en Latinoamérica?
Aunque la ley no se aplicará fuera de Dinamarca, pone sobre la mesa una pregunta urgente para quienes acompañamos la crianza digital:
¿Estamos dejando que los algoritmos decidan por nuestros hijos?
El debate danés abre una ventana para revisar:
A qué edad damos acceso a redes.
Qué reglas existen en casa.
Si el acompañamiento es activo o solo reactivo.
Qué señales de alerta estamos identificando a tiempo.
Qué alternativas de conexión y juego ofrecemos fuera de la pantalla.
La legislación no sustituye la responsabilidad parental, pero sí envía un mensaje poderoso: la infancia necesita límites también en lo digital.
El dato
Un informe del gobierno danés citado por la primera ministra señala que los jóvenes experimentan más ansiedad y depresión que nunca, y que las redes sociales son un factor que agrava la presión social y el deterioro del bienestar emocional.
The Guardian; Reuters; AP News; PBS; Euronews; discursos oficiales del Parlamento de Dinamarca.






