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Australia prohíbe YouTube para menores de 16 años desde diciembre
Australia prohibirá YouTube a menores de 16 desde diciembre de 2025. La medida revierte una exención y desata un debate global.

A partir del 10 de diciembre de 2025, ningún menor de 16 años podrá tener una cuenta en YouTube en Australia. Así lo anunció el gobierno de Anthony Albanese, revirtiendo una exención previa que consideraba a la plataforma de video como una herramienta educativa.
La nueva normativa, que ya incluía redes como TikTok, Snapchat e Instagram, amplía su alcance a YouTube, en una decisión que coloca al país en la primera línea global de regulación infantil digital.
Las reacciones no tardaron en llegar: mientras algunos celebran la decisión como un acto de protección, otros la cuestionan por su efectividad real y sus implicaciones para la libertad de expresión y la creatividad juvenil.
Un anuncio con tono urgente
El primer ministro Anthony Albanese fue enfático al explicar por qué su gobierno decidió cambiar el rumbo:
“Las redes sociales están haciendo daño social a nuestros niños. Les estoy poniendo fin. Quiero que los padres australianos sepan que los respaldamos.”
Junto a él, la ministra de Comunicaciones Anika Wells subrayó el papel del Estado en contener el impacto digital sobre los más jóvenes:
“Queremos quitarles presión a los chicos. Queremos que tengan una infancia normal. Y queremos darles tranquilidad a los padres. Esta medida responde a una evidencia abrumadora sobre los efectos nocivos de estas plataformas.”
Ambos hicieron el anuncio acompañados de padres que han perdido hijos víctimas del acoso en línea, en una señal clara de que el gobierno busca responder a una crisis emocional, social y política de largo arrastre.

Anthony Albanese
Detalles de la prohibición
La decisión de incluir a YouTube como plataforma restringida es parte de una normativa más amplia orientada a regular el acceso de los menores a redes sociales.
Edad mínima:
Menores de 16 años no podrán tener cuentas en ninguna red social registrada. La ley impide su creación y exige a las plataformas eliminar cuentas existentes asociadas a menores.
Plataformas afectadas:
Inicialmente, la medida se enfocaba en redes tradicionales: TikTok, Instagram, Facebook, X (Twitter), Snapchat. La inclusión de YouTube se dio luego de una revisión del rol que juega su algoritmo y sus funciones de interacción. El gobierno dejó fuera plataformas educativas, mensajería privada o videojuegos.
Exención revocada:
YouTube había sido exceptuado por su potencial educativo. Sin embargo, la eSafety Commissioner —la comisionada nacional para la seguridad digital— recomendó eliminar esa exención tras estudios que demostraron que la plataforma utiliza mecanismos similares a otras redes: reproducción automática, recomendaciones adictivas, comunidades abiertas.
Excepción permitida:
YouTube Kids, la versión infantil con contenidos filtrados y sin funciones sociales, seguirá estando permitida bajo supervisión parental.
Entrada en vigor:
La ley será efectiva desde el 10 de diciembre de 2025. Las empresas tendrán hasta esa fecha para cumplir con los requisitos técnicos de verificación de edad y control de cuentas.
Sanciones:
Las plataformas que incumplan podrían enfrentar multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos. El gobierno aún no ha detallado qué herramientas serán consideradas “medidas razonables” para la verificación de edad, pero se prevé el uso de sistemas biométricos, escaneos faciales o controles por inteligencia artificial.
La división entre padres, educadores y adolescentes
La decisión generó una respuesta inmediata de distintos sectores, reflejando un amplio espectro de tensiones sociales y culturales alrededor del uso de pantallas y redes en la infancia.
Padres que piden ayuda estatal
Muchos padres han aplaudido la medida. Vieron en el anuncio una señal de que el gobierno finalmente actúa ante un problema que las familias no pueden resolver solas.
Una madre de Sídney compartió que había prohibido YouTube a su hija de 11 años por notar un cambio en su actitud: “Ella misma se dio cuenta de que la estaba afectando. Fue una decisión que tomó con alivio”.
Durante el anuncio, los funcionarios estuvieron acompañados por familias que perdieron hijos víctimas de ciberacoso. Su presencia reforzó el mensaje político: esto no es una política preventiva, es una respuesta a daños reales.
Docentes que valoran YouTube, pero entienden los riesgos
En el mundo educativo, la reacción fue de respaldo cauteloso. Muchos profesores usan YouTube como herramienta complementaria en el aula. La presidenta de la Asociación Australiana de Directores de Escuela Primaria, Angela Falkenberg, señaló que los docentes continuarán usándolo con criterio pedagógico:
“YouTube puede ser una gran herramienta, pero no siempre es segura para el uso autónomo. Los maestros pueden ser curadores del contenido, pero no podemos delegar esa tarea en los algoritmos.”
La ley no impide el uso en entornos escolares controlados. Sin embargo, sí limita el acceso independiente de los estudiantes en casa, lo que podría reducir su contacto con contenido educativo por cuenta propia.
Adolescentes divididos entre rechazo y resignación
La juventud australiana se manifestó con opiniones encontradas. Algunos, como Leo Puglisi —quien fundó su propio canal de noticias en YouTube a los 11 años— criticaron la medida:
“YouTube no es solo para ver videos sin sentido. Para muchos jóvenes, ha sido una plataforma de expresión, aprendizaje y comunidad. Esta medida cierra puertas.”
En contraste, otros adolescentes expresaron alivio. Tom, de 16 años, lo resumió así: “YouTube se volvió una máquina de dopamina. Tal vez necesitamos que nos lo quiten por un rato”.
Abby, de 13, dijo que crecer con redes sociales ha sido estresante: “A veces desearía no haberlas conocido. Me cuesta dejar el teléfono, pero sé que no me hace bien”.
Incluso entre quienes comprenden el motivo de la prohibición, abundan las dudas sobre su efectividad: más del 60 % de los adolescentes encuestados dijeron que probablemente encontrarán maneras de evadir los controles.
La respuesta de YouTube y la industria tecnológica
Google, propietario de YouTube, reaccionó con firmeza. Alegó que la plataforma no es una red social y que había sido excluida por el propio gobierno en versiones anteriores de la ley:
“YouTube es una biblioteca de contenidos, no una red social. Tiene valor educativo y es ampliamente usada por las escuelas. Revisaremos nuestras opciones.”
La empresa habría advertido en privado que podría impugnar legalmente la medida. Esto reaviva tensiones previas entre Australia y Google, como ocurrió en 2021 cuando se discutió una ley que exigía pagar a medios por el contenido compartido.
Otras plataformas, como TikTok y Meta, celebraron la inclusión de YouTube. Consideraban injusto que la plataforma tuviera un trato especial pese a operar bajo principios algorítmicos similares.
El dato
Australia será el primer país del mundo en prohibir el acceso a cuentas de YouTube para menores de 16 años. El gobierno justifica la medida como un acto de salud pública digital. Pero su implementación real y sus efectos a largo plazo dependerán menos del software que del acompañamiento humano.
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